El otoño es una estación de transición que, aunque preciosa en colores y temperaturas suaves, también puede venir acompañada de una sensación persistente de cansancio, falta de energía y apatía. Este fenómeno se conoce como astenia otoñal. No se trata de una enfermedad, sino de una respuesta del cuerpo a los cambios estacionales, que afecta tanto al estado físico como anímico de muchas personas.
La reducción de las horas de luz solar, el descenso de temperaturas y la vuelta a la rutina tras el verano son factores clave que alteran nuestro ritmo biológico. La melatonina y la serotonina, dos hormonas implicadas en la regulación del sueño y el estado de ánimo, ven modificada su producción, provocando alteraciones en el descanso, el apetito y la vitalidad. Además, nuestro sistema inmunológico comienza a prepararse para el invierno, lo que también puede influir en nuestra energía diaria.
¿Cómo reconocer la astenia otoñal?
Los síntomas más frecuentes incluyen:
- Fatiga general sin causa aparente.
- Dificultad para concentrarse.
- Somnolencia diurna.
- Irritabilidad o bajón anímico.
- Sensación de debilidad física.
Aunque suelen ser leves y transitorios, si estos signos persisten más allá de unas semanas, es recomendable consultar con un profesional sanitario para descartar otras causas.
Consejos para combatir el cansancio otoñal
- Cuida tu alimentación: Mantén una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras de temporada, legumbres y cereales integrales. Asegúrate de aportar suficientes vitaminas del grupo B, magnesio y hierro, fundamentales para el sistema nervioso y el metabolismo energético.
- Mantén una rutina de sueño regular: Intenta acostarte y levantarte siempre a la misma hora, respetando un mínimo de 7-8 horas de descanso. Evita el uso de pantallas electrónicas justo antes de dormir, ya que alteran la producción natural de melatonina.
- Realiza actividad física moderada: El ejercicio regular, incluso suave como caminar a buen ritmo, ayuda a liberar endorfinas, mejora el estado de ánimo y combate la fatiga.
- Aprovecha la luz natural: Exponerse a la luz solar durante las primeras horas del día favorece la regulación del ritmo circadiano y mejora el estado anímico.
- Organiza tu día: Planificar tareas, marcar objetivos alcanzables y reservar tiempo para el ocio son formas efectivas de evitar el estrés y mantener una actitud positiva ante la rutina.
En resumen, la astenia otoñal es un estado pasajero que puede mejorar con pequeños cambios en el estilo de vida. Escuchar a nuestro cuerpo, cuidar nuestros hábitos y buscar apoyo profesional son pasos clave para recuperar el equilibrio y disfrutar plenamente del otoño.
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